Roberto Soto
Presidente de ACLEBIM (Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles)

Cartel del 4º Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles

Cartel del 4º Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles

Técnicamente podemos definir la biblioteca móvil como un servicio bibliotecario incluido en una unidad administrativa que, mediante una colección organizada y procesada de documentos, gestionada por personal capacitado y suficiente, con la ayuda de medios técnicos y materiales precisos y el apoyo de la base central de la que procede, se vale de un medio de transporte, de tracción propia o remolcado, para acceder físicamente, de forma planificada, predeterminada, periódica y publicitada, a lugares o grupos sociales ajenos a una prestación bibliotecaria estable, con el objetivo de hacerles partícipes de los beneficios de la biblioteca pública.

Sin embargo, para la gente de a pie, para el usuario, de esta definición de biblioteca móvil sólo trasciende el hecho de que su aplicación suponga la satisfacción real de sus necesidades; dicho de otro modo, la población que se beneficia de estos servicios bibliotecarios no los ve más, ni menos, que como su biblioteca, la biblioteca de su pueblo o barrio.

Actualmente en España todavía un millón trescientas mil personas carecen de cualquier tipo de prestación bibliotecaria. Se trata en general de zonas de depresión demográfica y de una localización en el mapa lejana a los núcleos de poder. Como bibliotecarios tenemos la obligación de procurar la lectura y todas las otras ventajas propias de la biblioteca pública a la totalidad de los ciudadanos. Hoy por hoy, para este segmento poblacional, la mejor opción por su relación calidad-precio lo constituyen las bibliotecas móviles.

El día a día en una biblioteca móvil es verdaderamente apasionante, pues no faltan retos que sacan lo mejor que de bibliotecarios y de personas llevamos dentro, no obstante no hemos de perder de vista que nuestro trabajo pende muchas veces de las tres limitaciones fundamentales que consustancialmente han venido determinado el tipo de servicio que prestamos. Estas tres limitaciones son: el espacio, el tiempo y los prejuicios.

En cuanto al especio, el saber siempre ha ocupado un lugar, y cuando este último es reducido, todavía más. Las nuevas tecnologías, con sus soportes de almacenamiento masivo y con sus redes y enlaces web, han posibilitado que la Bibliotheca Mundi quepa en cualquier rincón.

Otra cosa es el tiempo. Se pueden aumentar los tiempos de presencia en los lugares que se visitan mediante más medios, tales como el aumento de las flotas y una mayor disponibilidad de profesionales. Por el contrario, y esta es la gran novedad, apenas necesitamos recursos para conseguir permanecer en la vida cotidiana de nuestros usuarios, mientras faltamos de sus localidades, por medio de la web social.

El derribo de estas dos barreras, temporal y espacial, debería conllevar la caída de cualquier prejuicio, de cualquier infravaloración sobre los servicios móviles de biblioteca. Una buena imagen y unos acertados servicios virtuales a partir de una página web, un blog o su presencia en las redes sociales también tendrían que contribuir a ello. Lo mismo debería suceder con la aplicación de las modernas técnicas de gestión por objetivos, de medición, de evaluación y de interpretación y difusión de resultados.

Todo ello está en uso actualmente, si bien, el mejor indicador de un rendimiento óptimo sigue siendo la postura incondicional y cómplice del público al que las bibliotecas móviles atienden.

Roberto Soto
Presidente de ACLEBIM (Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles)

Tema del mes de octubre de 2009: Bibliotecas móviles