Por Manuel Blázquez Ochando

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El futuro de la Biblioteconomía y Documentación no se limita únicamente a la biblioteca y el archivo. La realidad en la que estamos inmersos nos ha dejado claro, una y otra vez, que nuestra ciencia irá de la mano de las nuevas tecnologías o no podrá seguir avanzando. Por ello voy a compartir una reflexión que explica el «dónde estamos» y algunas líneas y perspectivas de futuro.

¿En qué situación se encuentran la sociedad, la universidad, la ciencia, el sector empresarial, el mercado laboral y los egresados en relación a la Documentación? La sociedad aún desconoce la enorme riqueza y complejidad de las tareas desempeñadas por los profesionales de la información. Probablemente las figuras más conocidas corresponden al bibliotecario y archivero. Pero se desconoce la figura del documentalista especializado en modelos de gestión colaborativa de la información, minería de datos, metadatos enlazados, altmétricas, administración electrónica, curación de contenidos, recuperación de información, vigilancia informacional, análisis de datos y big data, entre otras. A pesar de ser actividades desconocidas para la sociedad, resultan fundamentales para el desarrollo de la investigación en Documentación y la actividad económica del sector, que demanda con mayor frecuencia este tipo de conocimientos.

El sector empresarial también requiere profesionales de la información, aunque el perfil demandado, en muchos casos, sea difuso por desconocimiento. Muy frecuentemente la documentación de las empresas privadas es gestionada por administrativos e incluso informáticos y contables, omitiendo en la mayoría de los casos al documentalista.

La falta de cultura documental en la empresa española está en parte justificada por las carencias formativas de los documentalistas en materias afines a sus necesidades más directas, tales como las tecnologías de la información, conocimientos de contabilidad, gestión del conocimiento, documentación para la empresa o documentación jurídica. Si bien es verdad que debe existir una división del trabajo para cada profesional, también es cierto que la alta competitividad del mercado laboral, favorece un perfil muy polivalente.

Esto significa que las empresas requieren profesionales capaces de gestionar sus procesos documentales, catalogar, clasificar y recuperar los contenidos e informaciones, pero también que sean capaces de aplicar todos sus conocimientos en tecnologías de la información para aumentar su eficacia y reducir costes. En este punto concreto, la universidad aún tiene un importante trabajo por delante, que pasa por una profunda actualización de los planes de estudio. Se necesita iniciar un debate serio entre los principales especialistas del sector de la Documentación, profesores, investigadores y tener en consideración las transformaciones de los planes de estudio que ya se han llevado a cabo en otras universidades de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia o Reino Unido.

Por todos estos motivos, en España la Ciencia de la Documentación tiene una velocidad de progreso diferente a la universidad como institución formativa y a las empresas que tienen unos requerimientos, que son cubiertos con otros profesionales. Parece evidente que hay que reestablecer el equilibrio para que los egresados de Documentación puedan cumplir con sus actividades tradicionales en la biblioteca, pero también en otros sectores que han sido olvidados (archivo, empresa, tecnologías, jurisprudencia o biomedicina).

El futuro de la Documentación va a depender en gran medida del consenso y el apoyo de todos los profesionales de la Biblioteconomía y Documentación en torno a la idea de desarrollar una formación académica que prime el conocimiento de los procesos documentales en distintas instituciones (bibliotecas, archivos, museos, empresa privada y administración pública) y de la informática y tecnologías de la información. A partir de este núcleo, se deben desarrollar especializaciones que tengan un reconocimiento por parte de la universidad y en concreto de la titulación. Por ejemplo, la especialización en tecnologías de la documentación, análisis y diagnóstico de big data, desarrollo de web semántica y ontologías, desarrollo de sistemas de información y bases de datos, recuperación de información, bibliotecas, patrimonio bibliográfico, centros de documentación para la empresa, gestión de colecciones museográficas, archivística, documentación jurídica, documentación en ciencias experimentales y ciencias puras, documentación en biomedicina, documentación europea, etc.

Si la Documentación no se adapta a la realidad, la distancia entre universidad, empresa y ciencia será cada vez mayor y la capacidad de empleabilidad se comprometerá. Está en nuestras manos empezar a pensar y trabajar en un nuevo modelo o los cambios posteriores serán más traumáticos.

Dicho todo esto, intentaré analizar algunas perspectivas o líneas de futuro de la Documentación que sería necesario tener en consideración para mejorar la competitividad del sector.

Developers, developers, developers

Imagen de Pedro Vera compartida bajo licencia CC BY 2.0.

Imagen de Pedro Vera compartida bajo licencia CC BY 2.0.

Parafraseando a Steve Ballmer, mano derecha de Bill Gates durante muchos años, debemos prestar atención al concepto «Information Science Developer», es decir, desarrolladores documentales capaces de crear nuevos sistemas de información desde un punto de vista conceptual y desde un punto de vista práctico. Las ideas hay que plasmarlas en programas informáticos concretos, herramientas y aplicaciones de utilidad que ayuden y asistan a los profesionales de la información, bibliotecarios, archiveros, documentalistas, museólogos, referencistas, bibliómetras, gestores de comunidades sociales, curadores de contenidos, investigadores e incluso profesionales de otras áreas de conocimiento. No debemos limitarnos a un nicho concreto, debemos abrirnos al mundo para abarcar todas las posibilidades que actualmente estamos perdiendo.

Para demostrar esto plantearé una sencilla pregunta. Si usted tuviera que elaborar un tesauro, ¿qué herramientas informáticas utilizaría? Probablemente conozca alguna aplicación que usó para elaborar una práctica durante sus estudios, pero ninguna que le permita trabajar en red con otros usuarios y publicar el tesauro generando una web semántica, integrar una ontología, o generar consultas automáticas combinando los términos del tesauro. ¿Sorprendido? No es ciencia ficción, sería posible si nuestros documentalistas fueran capaces de desarrollar sus propias aplicaciones.

Este ejemplo desvela una necesidad fundamental, la carencia de aplicaciones, herramientas y tecnologías para las distintas áreas de las Ciencias de la Documentación. Quizás se podría pensar que su capacidad no orientada a la Informática supone un problema insalvable. Pero nada más lejos de la realidad. Otras ciencias, como la Medicina, incluyen en sus planes de estudio el desarrollo informático de aplicaciones, para realizar investigaciones, análisis y diagnósticos. No son los mejores programadores, pero usan la tecnología en su beneficio y en parte su éxito se lo deben a ésta adaptación. Si existieran documentalistas con un conocimiento en desarrollo de aplicaciones documentales, probablemente la gestión de la información en las organizaciones sería mejorada y ello ahorraría costes y tiempo. Se podrían crear nuevas empresas especializadas, puestos de trabajo y nuevos métodos de información basados en el entorno digital. Esto desembocaría necesariamente en el concepto «Ingeniería de la Documentación».

Buscadores especializados

Los buscadores siguen siendo y serán una pieza clave en el futuro de la Documentación. Los documentalistas y los «Information Science Developers» tienen que ser los protagonistas del futuro de la recuperación de la información. El desarrollo de los sistemas de análisis de la web, la minería de datos, la recuperación de recursos, el desarrollo de sistemas de indexación y reconocimiento de patrones son algunas de las temáticas que mayor protagonismo alcanzarán en los próximos años. Por otro lado, el tratamiento y análisis de consultas, los algoritmos de recuperación, los métodos de ordenación y ranking de resultados así como posicionamiento web, constituyen el ahora del sector de la recuperación de información.

Pero añadido a todo lo indicado, el futuro de los buscadores es su especialización. Quizás no han oído hablar de Zanran, Duck Duck Go, Yippy, iBoggie, WauSearch, Pipl, Wolfram o CCSearch, pero cubren nichos de contenidos y sectores muy específicos, tales como datos estadísticos, semánticos, de personas públicas, de recursos libres de derechos, de contenidos agrupados mediante algoritmos de clúster, documentación en medicina, patentes, artículos científicos y muchos más por desarrollar. Pero ahora planteémonos una pregunta. ¿Podría un documentalista desarrollar su propia tecnología de recuperación para crear un buscador especializado? Existen tecnologías y técnicas sencillas para iniciar a los documentalistas en el desarrollo de buscadores y sólo requiere del conocimiento de bases de datos, SQL, PHP y Apache.

¿Qué estamos haciendo para no aprovechar éstas oportunidades?

Open Access y reutilización de la información

Los modelos de acceso abierto y de reutilización de la información pública constituyen otra línea de importancia para la Documentación, que requiere ser potenciada. Recuperar la información pública, tabularla y prepararla para su reutilización, genera un alto valor añadido y permite ahorrar mucho dinero en recursos, optimizar y rentabilizar económicamente cualquier institución u organización dependiente de ella. Esto se refiere al desarrollo de bancos de datos, small data, big data, con la información pública disponible en la web, en las plataformas digitales de las instituciones, etc. La información preparada puede ser consultada de forma eficiente, ayudar a la toma de decisiones, generar estados de la cuestión, facilitar el trabajo auditor y consultor, proporcionar servicios de información y consulta e incluso buscadores especializados. ¿Sabía que dominando las técnicas de web-scraping podría generar una copia de cualquier base de datos de acceso público? Esto desvela la necesaria conexión entre los conocimientos de reutilización de la información, recuperación y desarrollo de tecnologías de la documentación.

Sistemas de vigilancia informacional

Aunque los sistemas de vigilancia informacional llevan entre nosotros mucho tiempo, aún está por venir una nueva generación de aplicaciones más inteligentes. En un mundo en el que la información se queda obsoleta al segundo, se requieren sistemas que ejecuten procesos de filtrado en tiempo real, que clasifiquen la información de manera automática y apliquen todo lo aprendido en materia de recuperación para contrastar el conocimiento. Todas estas funciones pueden ser desempeñadas a la vez que se gestionan miles de fuentes de datos e información.

Los documentalistas no pueden quedar al margen de los avances en esta tecnología y es por ello que las empresas requieren un flujo de información constante sobre su presencia en los medios, pero también sobre los avances de la competencia, de la investigación y la ciencia. Por poner un ejemplo diferente al sector empresarial, las bibliotecas públicas en Estados Unidos, usan estos sistemas para llevar a cabo programas de apoyo a desempleados, realizando un completo proceso de filtrado y recuperación de ofertas de trabajo.

Las posibilidades de aplicación son muy variadas y extensas. Por ejemplo, una empresa especializada en obras públicas tiene la imperiosa necesidad de conocer todas las licitaciones disponibles en toda la administración española. Para conseguirlo, tiene dos opciones: o bien ordenan a la plantilla realizar búsquedas en todos los boletines autonómicos, regionales y estatales, o bien contratan a un profesional especializado en Documentación con profundos conocimientos en tecnologías y sistemas de vigilancia informacional para que recupere, en una décima parte del tiempo, la información que se precisa.

Pero, insistiendo en las preguntas, cabe lanzar una más: ¿conoce algún sistema de vigilancia informacional que filtre miles de fuentes, las clasifique automáticamente y transmita su información en tiempo real? Probablemente lo que más se acerca a ésta idea es Google, pero Google no está diseñado para responder a preguntas tan complejas si no se conocen en profundidad los mejores métodos de consulta.

En resumen

Creo que la Documentación tiene una gran oportunidad para cambiar, actualizarse, ampliar sus miras, dar a conocer otra realidad desconocida para la sociedad, aprovechar nuevos mercados y sectores, convertirse en una figura de referencia en las organizaciones, demostrar la versatilidad para resolver problemas, demostrar que no sólo tenemos un valor cultural basado en la herencia histórica de las bibliotecas y del libro antiguo, ya que también tenemos un valor económico basado en la capacidad de suministrar, filtrar y organizar mejor que nadie la información en cualquier entorno en el que desempeñamos nuestra actividad. Confiemos en nuestras posibilidades y transformemos la realidad que nos rodea.

Manuel Blázquez Ochando es profesor en la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Junta de SEDIC.