La función informativa que realizan los medios es muy similar a la de los publicistas. Su labor no es fácil, claro, hay que sintetizar, elegir algo que llame la atención, vender un solo dato por encima del resto como si fuese el descubrimiento de la penicilina.

Hoy podemos ver una muestra de ello en la noticia que recoge El País: Madrid es la región con menos bibliotecas por habitante. El dato está extraído del libro «Las bibliotecas públicas en España. Dinámicas 2001-2005», un exhaustivo análisis estadístico editado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en colaboración con el Ministerio de Cultura.

Las bibliotecas públicas en España. Dinámicas 2001-2005La fuente se presentó a la prensa el pasado lunes a cargo de César Antonio Molina, Juan Moyá y Antonio Basanta. El mismo día 22 de septiembre, El País publica la crónica: Los usuarios de bibliotecas públicas aumentan al ritmo de un millón por año. Una noticia con un enfoque positivo, aunque con un titular algo exagerado que convierte 860.000 usuarios de incremento medio anual, en 1 millón. Por esa regla yo puedo decir que mido 2 metros. Ese día tocaba ensalzar al Ministerio, casi una semana después se aprovecha la misma fuente para extraer algún dato que ponga en entredicho a la Comunidad de Madrid.

Al margen de estas estrategias «informativas», hay que felicitarse de que El País recoja estas noticias. Y que aparezca hoy muestra que además en el periódico alguien ha consultado la obra, todo un logro en estos tiempos. Quería comparar como recogieron la presentación en El Mundo o el ABC, pero no he encontrado nada en su web. Quizás lo haya, pero no figura en la búsqueda por bibliotecas, ni por el ministro ni por la Fundación.

Afortunadamente, para el que quiera informarse de verdad, el libro está plenamente accesible en la web de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. El estudio es muy completo, pero tampoco puede utilizarse sin más la comparación entre autonomías para saber cuál es la situación real de los ciudadanos. Se analiza la red de bibliotecas públicas, no la totalidad de centros que pueden hacer una función de servicio bibliotecario abierto al público.

Y puestos a señalar una conclusión, personalmente elijo esta, con la que termina el informe:

Resulta poco justificable el retraso, desigualdad y lentitud con que se está acometiendo la automatización de las BP. Un servicio con unos mínimos de calidad es hoy impensable sin la gestión automatizada de los catálogos, de los usuarios, del préstamo, etcétera, y sin la disponibilidad de carné único de servicios en una red determinada.