Director CBUC
Clip nº70, Sección «Con firma»
A Xavier Agenjo
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Una definición de profesión sociológicamente correcta debería combinar conocimientos específicos, formación reglada, una deontología determinada y una red de relaciones personales más o menos organizada. Pero, una definición más intuitiva y menos codificada nos dice que una profesión viene definida por el estado de un objeto: una persona en tanto que enfermo (médico), un edificio en tanto que lugar habitable (arquitecto), un espacio en tanto que una área de interacción de actividades humanas (geógrafo). Desde esta última perspectiva, nuestra profesión, quedaría, sin duda alguna, popularmente definida por el documento en tanto que algo a conservar.
He argumentado recientemente (¿Son las bibliotecas sostenibles en un mundo de información libre, digital y en red?) que tenemos un problema y que este no está en nuestra supuesta incapacidad de innovar (que la tenemos) sino en una pertinaz asociación entre nosotros y la actividad de coleccionar y conservar objetos. Una profesión lo es, entre otras cosas, porque su identidad es reconocida desde fuera de la profesión; los no profesionales crean imágenes (tópicas, muchas veces) de lo que creen que el profesional es o hace. La imagen popular y la profesional quizá no coincidan nunca del todo, pero se solapan lo suficiente como para permitir entenderse en su significado. Pero nosotros no nos vemos tal como nos ven, de aquí surge una incomodidad identitaria. Leer más…