Quizás hasta ahora no habíamos sido tan conscientes de la importancia de las palabras. Esas palabras que desde que nacemos vamos aprendiendo y van formando parte de nuestro día a día. Palabras que vienen de nuestros seres más queridos para darnos fuerzas y esperanza, pero también esas palabras escritas que primero aprendemos a deletrear y más tarde nos acercan a otras vidas, otros universos. Así, las palabras se convierten en alimento, en alimento “para el espíritu y para el alma”. Con esta metáfora Peter Svetina nos invitaba a celebrar el pasado 2 de abril el Día Internacional del Libro Infantil, bajo el lema “Hambre de palabras”.

Abril, el mes de los libros y las bibliotecas, lo estrenábamos conmemorando el nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, y unos días después ya tenemos la cabeza puesta en la celebración el 23 de abril del Día Internacional del Libro. En este día conmemoramos el día en que nos dejaron dos de las más grandes figuras de la literatura universal: Cervantes y Shakespeare. Ahora, que vivimos confinados en nuestras casas y que las bibliotecas de todo el mundo están cerradas, más que nunca los libros deben estar abiertos para dejar que las palabras inunden nuestra vida y nos permitan imaginar un futuro con esperanza.

Sin duda, en estos días de incertidumbre la palabra se ha convertido en nuestro bien más preciado. La palabra de un amigo que te dice que todo va a salir bien. La palabra de una madre preocupada por los suyos o el simple saludo de tu vecino cuando cada día a las 20:00 salimos a aplaudir como acto de reconocimiento y de vida. Las palabras nos ayudan a sobrellevar este encierro y a acercarnos a aquello que más añoramos: nuestra cotidianeidad. Junto a estas palabras, hoy más que nunca, necesitamos de la palabra escrita ya que es la que nos devuelve nuestra libertad.

Las páginas de cualquier libro se convierten en nuestra particular “Isla del tesoro”, en ese refugio del que no queremos salir. Crecemos rodeados de historias y libros que nos ayudan a entender que alguien ya pasó por esto primero, que a pesar de las dificultades el ser humano tiene la capacidad de sobrellevar y aprender de las adversidades. Así lo hemos aprendido y así debemos transmitirlo. Además, no podemos olvidar que los cuentos que nos contaban de pequeños, los que nos leyeron posteriormente y los que hemos ido leyendo nosotros mismos nos han ayudado en nuestra construcción como personas.

Por ello, la narración y los libros infantiles deben ayudar a nuestros pequeños a sobrellevar esta situación, ya que para ellos es algo nuevo a lo que deben adaptarse, no con pocas dudas y preocupaciones. No debemos olvidar que la lectura amplía significativamente el diálogo entre los niños y la sociedad, y puede ayudarles a analizar y entender que otros antes que ellos pasaron por momentos difíciles, presentando situaciones que pueden ayudarles a cono¬cer, entender y sobrellevar sus propias dificultades. Las obras literarias plantean distintos conflictos personales y sociales, que permiten al niño ejercitar su creatividad e imaginación, al tiempo que desarrollan habilidades como la toma de decisiones y la resolución de situaciones problemáticas, convirtiéndose en un instrumento privilegiado para desarrollar el propio pensamiento crítico.

Desde el CEPLI, Centro de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil, de la Universidad de Castilla-La Mancha, llevamos más de 20 años trabajando para acercar la lectura y, especialmente, la literatura infantil y juvenil a los más jóvenes. Nuestra tarea como centro de investigación se ha orientado especialmente en la formación de mediadores (familias, maestros, bibliotecarios, educadores sociales, etc.) y en el desarrollo de materiales de promoción lectora, con los que hemos querido no solo acercar la buena literatura infantil, sino sobre todo lecturas que nos ayuden a leer el mundo. Muchos de estos materiales se han integrado con éxito en programas educativos y sociales con los que hemos querido invitar a los más jóvenes a reflexionar sobre la igualdad de género, sobre la importancia de desarrollar hábitos saludables y actitudes responsables, pero también a sobrellevar situaciones de violencia de género o acoso escolar. En estos años hemos podido comprobar a partir de nuestras investigaciones cómo la lectura y la literatura infantil pueden ayudar a superar situaciones difíciles, convirtiéndose en una herramienta excepcional de diálogo y reflexión.

Ilustración de Paco Roca para el Congreso «Sociedad y cultura letrada»

Dentro de nuestras actividades, con el objetivo de dar mayor visibilidad tanto a nuestras investigaciones como a las de los principales grupos e investigadores nacionales e internacionales, la organización de congresos y jornadas se han convertido en otra de nuestras líneas de actuación. Bajo el título “Sociedad y Cultura letrada” se celebraba en noviembre el último de nuestros encuentros hasta la fecha, en el que especialistas como Roger Chartier, Michèle Petit, Paolo Tinti, Elisa Yuste o Araceli García nos hacían reflexionar sobre la necesidad de acercar la lectura a los más jóvenes como una exigencia vital, entendiéndola como un arte que nos permite vivir lo cotidiano y que nos ayuda a conocer el mundo en el que estamos inmersos.

 

Número 19. 01.2020

En cualquier caso, la investigación se convierte en una herramienta clave para hacer evolucionar la ciencia y todas las áreas del saber. Por ello, desde el CEPLI hemos querido ofrecer a todos los investigadores vinculados con la lectura y la didáctica de la lengua y la literatura una herramienta de comunicación académica y científica. Con este objetivo se crea en 2005 Ocnos: revista de estudios sobre lectura, una revista científica accesible actualmente en acceso abierto y gratuito, que publica cuatrimestralmente investigaciones que presentan la lectura como denominador común, intentando dar una visión multidisciplinar e internacional. Con más de 20 números publicados se ha convertido en la publicación de referencia sobre estudios de lectura en el ámbito español y latinoamericano.
De esta forma la lectura y el acercamiento a los libros infantiles y juveniles están presentes en todas nuestras líneas de actuación, entendiendo que todos los profesionales vinculados con estas áreas debemos intentar facilitar a los niños, además de a sus familias, la posibilidad de leer el mundo, a partir de los textos, pero también desarrollando en ellos las estrategias y competencias necesarias para entender las relaciones sociales y los acontecimiento que nos tocan vivir desde la curiosidad y el pensamiento crítico. Los más pequeños en estos días de incertidumbre tienen hambre de libertad, por ello ofrezcámosles las palabras de la poesía y de las narraciones para poder viajar a ese lugar lejano dónde la imaginación y la fantasía les arropen cada noche, abrámosles las puertas de “El País de Nunca Jamás”.