El momento más destacado de las IX Jornadas de SEDIC fue sin duda la entrevista de Ángeles Afuera a Saad Eskander, Director de la Biblioteca Nacional de Irak. Conocíamos ya su Diario de Irak, el blog que mantuvo abierto desde noviembre de 2006 hasta agosto de 2007, narrando las dificultades para mantener abierta esta institución y el testimonio de la vida cotidiana en medio de la tragedia. Pero fue un verdadero lujo poder contar con su presencia y admirar su templanza y claridad de ideas.
Rosario López de Prado, Saad Eskander y Ángeles Afuera en un momento de la entrevista celebrada en las IX Jornadas de Gestión de la Información.
La Biblioteca Nacional de Irak ha perdido una parte considerable de sus fondos documentales, en especial de materiales irremplazabales de su archivo, incluyendo mapas, imágenes y microfilms. Ha sufrido el ataque en primer lugar de delincuentes comunes, después de saqueadores profesionales que se dirigieron al expolio de las obras de mayor valor y en tercer lugar de atacantes que perseguían la destrucción de documentos y recursos materiales por motivos políticos. La reconstrucción será larga y difícil y apenas cuenta con apoyos. No ha recibido ayudas del Estado iraquí ni de Estados Unidos, tan sólo de la República Checa y de Italia. Pero Saad Eskander no pide dinero del exterior, sino que defiende que la reconstrucción de Irak debe realizarse desde abajo, desde el pueblo iraquí.
En una situación de profunda crisis social y guerra abierta, las entidades culturales laicas tienen un rol importante que desempeñar para el cambio y enfrentarse al radicalismo religioso. Lo expresó con estas palabras: «La cultura la hacen los pueblos, no los políticos«. Para que las instituciones realicen su función hace falta el apoyo de la clase política pero no su intervención.
En un momento se intentó destituirle del cargo, pero se mantuvo con el apoyo del personal del centro. La Biblioteca ha permanecido abierta. Pero Saad Eskander no se considera un héroe por ello, o al menos no más que sus propios hijos cuando acuden a la escuela. Tiene un trabajo, una responsabilidad y se limita a cumplirla. La situación le ha convertido en un líder sin pretenderlo.
El blog del Diario de Irak no se escribió como medio de propaganda, ni personal ni institucional. Se trataba de poder ofrecer un testimonio de lo que estaba sucediendo, de forma breve y directa. No buscaba objetivos ocultos. Su impacto en Europa sorprendió al propio autor, era una consecuencia inesperada. Cuando percibió que este trabajo se identificaba con su persona, sintió que la carga sentimental se hacía muy pesada y se sintió culpable por utilizar el dolor ajeno. Por ello decidió ponerle fin. Pero es consciente de su valor testimonial y teme que tarde o temprano el haber escrito el blog se utilizará en su contra. Se necesitará mucho tiempo para que este testimonio pueda leerse en Irak. Igualmente está reuniendo una colección de chistes que se cuentan actualmente en su país, y que algún podrán ser publicados, como testimonio histórico de la capacidad de resistencia popular.
El testimonio de Eskander resultó extraordinario y nos motiva a reflexionar profundamente sobre la dimensión social de la profesión. Manifestó su intención de luchar hasta el final. Esperemos que este final sea una casi completa reconstrucción de la Biblioteca y una plena pacificación de un país. Será difícil, muy difícil.
SEDIC ofreció a los medios de comunicación la posibilidad de entrevistar a Saad Eskander. Con ello se pretendía hacer llegar su testimonio a toda la sociedad española. Algunas de estas entrevistas pueden consultarse en la prensa digital:
- Manuel de la Fuente. El guardián de las palabras. ABC, 23-11-2007.
- J.P. Velázquez-Gaztelu. El guardián del legado babilónico. El País, 24-11-2007