mejor post 07/08

Saad Eskander, director de la Biblioteca Nacional de IrakHa sido un gran honor para mí tener el privilegio de presentar en España a Saad Eskander. El señor Eskander ha estado entre nosotros invitado por SEDIC para participar en las IX Jornadas de gestión de la Información, celebradas los días 22 y 23 de noviembre de 2007 en la Biblioteca Nacional.

Desde el momento en que nos confirmó su asistencia, comencé a preparar unas líneas para anunciar la visita. Se sabe poco de Eskander como persona, aunque hay mucha información en Internet sobre su obra. Y, a medida que iba sabiendo más, me veía obligada a cambiar el texto. Hasta que llegó Eskander, lo conocí personalmente y pude oírlo.

Saad Eskander es un hombre justo. No pide ayuda material, no se queja, no se presenta como víctima. Sólo quiere dar a conocer al mundo la situación real de su país, señalar los peligros verdaderos, transmitir la imagen auténtica de Irak, deformada en occidente por culpa de mil tópicos. La dignidad personal de Eskander se impuso y, literalmente, me dejó sin palabras. Por eso, para explicar las razones de su presencia en España, prefiero resumir lo que me contó en las conversiones que mantuvimos durante dos días:

“Después de la caída de la dictadura, el caos se apoderó de Irak, y se abrieron grandes grietas de vacío en la sociedad civil. Las instituciones laicas, debilitadas como estaban, fueron incapaces de llenarlas. Era una oportunidad propicia para el desarrollo de los fanatismos religiosos, que sí contaban con una estructura bien organizada, medios materiales y el apoyo externo de países vecinos. Y se apresuraron a ocupar el vacío. Por eso, para devolverle a Irak y a Oriente Medio la paz, la prosperidad y el equilibrio, es indispensable reforzar las instituciones laicas, culturales, educativas. Son las únicas que pueden combatir el fanatismo, los integrismos, la falta de libertad. Luchar contra la oscuridad”.

Muchos de nosotros, profesionales de la información, nos preguntamos a menudo si nuestro trabajo es de verdad importante, si nuestra misión tiene alguna trascendencia, si lo que hacemos merece la pena. Para estos momentos de duda, la labor de Saad Eskander es la respuesta.

Señor Eskander, muchas gracias.

Rosario López de Prado
Presidenta de SEDIC

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